lunes, 16 de noviembre de 2015

Te podría decir.

Son casi las 3 am, ya fumé todo lo que tenía, ya cené dos veces, ya hice zapping, encontré El Chavo del 8, terminó, volví a hacer zapping, gasté todas las vidas en ese juego de facebook que no está de moda, stalkeé todo lo que no quería ver. Ya hice todo, ya aguanté, ya esperé. La cabeza como siempre va a dos mil por hora y no entiende de horarios ni rutinas, y como estoy lejos de todo, lejos y sola, ya se me ocurrió todo lo malo que podía pasar o no.
A esta hora hacerme la disimulada con todo eso que no quiero pensar no sirve, no tengo a quien mentirle. A esta hora nadie está esperando una sonrisa acompañada de un “todo bien por suerte”. Y no, por supuesto que no está todo bien. No pensarte es más difícil que dormir de noche. No tengo más escape, estoy encerrada en este mambo que sólo quiero ver de lejos. Y sigo pensando en vos, después de 4 meses de no cruzar palabra, de saber todo lo que cambió tu vida, de saber lo feliz que estás (que te hacen), que te mudaste, que creciste, que estás bien, que no me pensás.
Nunca fuimos buenos en eso de hacernos cargo, pero a esta altura no me queda otra y me estoy metiendo todo lo que no te dije en el orto. Ya no espero tener la oportunidad pero tampoco estoy pensando en cambiar, no se cómo siguen los que siguen, no se cerrar ciclos, no se dejarte atrás. Ni sabiendo todo lo que se puedo parar, y me pregunto como hiciste pero me doy cuenta que no tiene mucha vuelta; encontraste a alguien mejor, me alegro por vos, te merecés todas las cosas lindas que te están pasando, que esperaba te pasaran conmigo.
Ojalá fuese igual de fácil para mi sacarme todo esto de encima y seguir, como quien no quiere la cosa, que te alegres de verme bien. Irme a dormir pensando en que otra vez no voy a estar abrazándote a la mañana ni va a quedar tu olor en la almohada y las sábanas, porque lo estás dejando en las de alguien más.
Son las 4 am ahora y sigue sin llenarse tu vacío, y ya es diciembre y no vas a saludarme por mi cumpleaños ni desearme lo mejor, porque no te acordás o porque sabés que lo mejor se fue y no me espera.
Quisiera no esperarte. Ni siquiera se qué espero, otro abrazo, otra discusión sin sentido, otra carcajada tuya de esas que curaban todo lo malo del mundo. Me duele el cuerpo de pensarte, estoy cansada porque no me dejas dormir y ni siquiera estás acá. 
Si ya te fuiste andate, ¿no ves que yo no puedo? Escondete en esa caja de recuerdos que jamás abro, quedate ahí y no salgas nunca más, no te sientes en mi cama todos los días, no aparezcas en la voz de un conocido ni en las expresiones que eran tuyas y ahora son de nadie, ni en todas las canciones que no hablan de amor. 
Andate que no puedo seguir teniendote encarnado.
Son las 4 de la mañana y vos seguís acá pero no te veo.